Hoy me escondí…. de mis peores sentimientos como la tristeza, el enojo, la envidia.

Nuevamente llego una visita de uno de los hermanos lejanos porque ya no están con nosotros en la hemodiálisis, sino que tiene una oportunidad de vivir mejor y lograron el sueño “renal”
el martes fue mi hemodiálisis, a las tres horas y medias mi corazón palpitaba fuerte, las agujas las siento pesadas y queman por dentro, pero si quería salir antes tenía que endulzar el oído de mi enfermera para que accediera y me liberara, no soportaba la espalda, y una vez sentada la ansiedad en mí ya no quería estar ahí, sé que la paciencia en estos  ultimo casi seis años me la han inculcado, pero a veces es muy muy difícil.
Regreso a la visita, lo vi por la ventanita de vidrio, en realidad es una puerta de la casa que conduce a la cocina así que tiene para ver si alguien viene o va,  no tiene nada que ver con la unidad, lo vi y me estaban sacando la primera aguja, estaba ansiosa, me desespere más, quería decir ya vengo voy al baño pero todavía tenía un grillete y no me cerraba el orificio, se acercó a mí, él es un hombre muy respetuoso, educado de muy buena familia a saludarme y le salude con una sonrisa comprometida pero los ojos tristes viendo mi fistula, tuve que hacer la pregunta ¿Y como esta? El empezó a contarme que súper bien, que no cambiaría esa experiencia por nada en el mundo, y lo demás ya no lo escuche porque me perdí en el ruido de mis pensamientos.
Casi me saque la otra aguja, sé que ellos hablaban con alguien del personal de enfermería, contaba a viva vos lo bien que a él y a la esposa le había caído el cambio de vida, se sentían libres, yo sola en mi tratamiento sin nadie que me contara un chiste en ese momento o me dijera mire ahí en el cielo va súper man, y veía que la gaza jamás dejaba de empaparse de sangre y era el flujo de mi sangre que estaba acelerado mi corazón y no quería cooperar, al fin después de dos agujas empecé a doblar mis cosas (colchas, calcetines, almohada) y meterlas en mi maleta pero ellos seguían ahí hablando de esas vacaciones de vida que ellos han tenido la dicha de compartir.
Y en ese momento me senté busque mis sandalias, fingí ir ida y patoja producto del tratamiento y en cuestión de segundo me metí al baño, porque sabía que se iban a ir a despedir de mí, y yo no los estaba odiando solo que cuesta desear cosas que no son materiales pero que le harían mas fácil la vida a uno.
En el baño pase rapidito en medio de la gente, seguramente pensaron que iba apurada, pero en realidad el nudo en la garganta me hizo llegar sentarme y llorar, sin decir, ni reclamar nada, dije hay que hormonal ando, pero no las lágrimas viene de tristeza, de envidia, desesperanza, soledad, no quería hablar con nadie de la unidad de eso, porque yo soy la persona que no llega con cara de condenada a muerte pero a veces la vida me quiere robar la sonrisa
Llore sin hacer ruido, lagrima tras lagrima, cuando ya sentí que era suficiente hice cara de dormida y me fui a lavar la cara porque me tenía que cambiar ya que tenía que ir a trabajar

Una de las enfermeras pensó que hasta ya me había ido, y yo le dije con una sonrisa, no! una prisa me llevo al baño, pero ahorita me voy a cambiar, me quede triste lo admito, es como ver que los demás niños tiene zapatos, ropa, carro, juguetes, y yo solo tengo un cuadernito viejo para anotar mis sueños para que no se me olviden.

Con este sentimiento de sin sabor, me fui a trabajar, la lluvia no ayuda solo pone el clima más oscuro y triste, empezó mi otra vida, en donde no soy precisamente dulzura sino fuerza, rigidez, pero pese a lo que cualquiera esperaría una guerra de mi parte lo único que van encontrar es que me descuelgo de la maldad, hay una justicia y no humana más bien es divina, y como alguien me dijo: sonríe y diles Dios los bendiga!