SOÑAR CON CUENTOS DE HADAS

No creo en princesas de cuentos, mucho menos en el príncipe encantados, pero si en el montones de sapos que uno se encuentra en el camino. cada día un halago, días que se pelea uno con el espejo y con su realidad que quisiera tener una capa y desaparecer, escuchar tres veces mi nombre y desaparecer, todo lo contrario a betlwyuce, donde cualquier ruido le molesta a uno, quizás es migraña y no pleito con el espejo. En donde una mirada resulta insultante y otras tantas puede ser un poema, que dulce resulta escuchar la soledad, o hablar con personas que en realidad están en un mundo adverso y paralelo al nuestro, gente diferente. Pero no gente que se cree que inventaron el agua hervida, sino normales con temas diferentes A veces me abstraigo de la realidad, de la gente mala, de las malas emociones, porque no es lo mismo querer estar solo, que estar con la gente para odiarla, o verla, mejor mantenerse al margen. los cuentos de hadas no existen, solo existen los sueños y las pesadillas a veces vivimos en una, otras tantas los sueños nos invaden pero ahí casi todo es posible desde vivir en Narnia, y modificarla y ver un mundo tan irreal, hasta tener el sueño más placentero, eso depende de lo que embargue nuestra mente, pero no soñar ser princesa, ni serlo, es preferible ser la luchadora, la guerrera, hasta la bruja pero no la princesa, porque las princesas deben sentarse a esperar al príncipe azul, y las que se duermen se quedan dormidas porque el príncipe no existe, o no llega porque se quedó jugando play station con los amigos, además los seres humanos somos complicados, sobre todos los adultos, el único consuelo que tengo es que al menos aún conservo mi espíritu de niña pero hay algunos que se enfrascan y todo lo interpretan a través de fórmulas o posibilidades, no arriesgan, no ganan, prefieren embargarse en la soledad, y no en la ilusión ni en la mínima posibilidad de soñar. Y que más terrible que un adulto que no soporte la imaginación o el alma joven....si ellos alguna vez también fueron niños, y por eso deberían dejar a un lado sus rencores, vivir al máximo y dejarse llevar que pese a que las princesas, ni los príncipes azules, morados o amarillos existen si hay vida, para sentir, para reír, llorar, porque se desperdicia tanto tiempo en tonterías que después solo queda el arrepentimiento de no haber vivido o no haber hecho algo